viernes, 6 de noviembre de 2009

La vergüenza del pan


Por Jhonatan Liriano

Da vergüenza comerse el pan del colmado, esa masa hueca que el barrio compra todos los días. No le sale el sabor aunque la hunda en las profundidades del jarro de chocolate caliente. Su inconsistencia me entristece hasta el punto de que me entran ganas de llorar cuando lo tengo en mis manos, humillante y descriptivo.
Digo descriptivo porque el pan de estos días, tranquilos pero violentos, demuestra la avaricia y la miseria de los productores, de los comerciantes y de la clase empresarial dominicana en general, que exige todas las ganancias y subsidios y no se presta al más mínimo sacrificio.
Cuando muerdo pan de tres o cinco pesos y encuentro el aire en vez de la deliciosa mezcla que conocí en mi infancia, me pregunto: ¿cómo es posible que todas las mañanas cientos de miles de niños y adolescentes se alimenten con este bagazo, mientras sus padres se quedan rondando en el inútil círculo de la lamentación?
Cuándo nos arropó esta maldita inercia. Por qué trabajamos como burros, pagamos impuestos por cada bien o servicio adquirido, pero no tenemos derecho a comer con calidad, a levantar nuestros reclamos, a tener organismos que pongan freno a la estafa y a la avaricia, a vivir sin la necesidad de estar a la defensiva.
¡No hay nada más triste y limitante que vivir a la defensiva!
Este pan desnutrido que se desmorona cuando lo apretamos con fuerza es un indicador de nuestra miseria, pero también nos presenta una salida.
La corroída estructura social que lo produce y lo permite también puede desmoronarse, también puede romperse el sistema político que da vida a la desigualdad y oprime la barriga del barrio.
Solo hace falta que coloquemos las manos adecuadas en el lugar adecuado y apretemos con fuerza, a los corruptos, a los traidores y a todos los enemigos del debido desarrollo de la gente.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Esta es la lista de los legisladores que votaron por cerrar las playas


Santo Domingo. -Muchos de los asambleistas votaron que no la primera vez, pero cuando " les bajaron línea se plumearon", y otros salieron en el momento de la votación para que el registro los declara ausentes.

Cuenta Fidel Castro, en sus conversaciones de cien horas con Ignacio Ramonet, que estando el Che Guevara en Angola al frente de las tropas cubanas que participaron en las guerras de África, un día llamó a todos sus soldados y los formó delante de él. Le esperaba una desventajosa y decisiva batalla
"Que levante la mano el que cree que vamos a salir vivo de esta batalla. Nadie la levantó. Que dé un paso al frente el que quiera ir a morir conmigo. Todos los hicieron". Aquel pasaje del guerrillero argentino demuestra que las personas deben ser coherentes aun cuando la vida está en juego. Nunca se me ha olvidado esta parte de la vida del Che que conocí a través de Fidel Castro.
Esta larga introducción es para que los lectores de Tinta Criolla sepan cómo cambian de opinión nuestros asambleístas, sobre todo si detrás está el poder político y económico. O si están en peligro su reelección.

Sucedió la pasada semana cuando un artículo donde se establece el derecho que tiene cada dominicano a acudir libremente a las playas del país causó un revuelo en la Asamblea Nacional y dividió las posiciones de los asambleístas de los tres principales partidos políticos.
De paso, este artículo provocó que por primera vez "se le tumbara el pulso" a Miguel Vargas y Leonel Fernández, al dejar de lado un acuerdo arribado por las comisiones de las dos organizaciones para que se modificara lo aprobado en primera lectura y se acogiera las modificaciones sugeridas.
La propuesta, apoyada por PRD, PLD y PRSC, sugería que se modifique el párrafo del artículo 13, del informe; 69 de lo aprobado en primera lectura, para que incluya el derecho a la propiedad privada.
La propuesta rechaza al solo obtener 95 de los 100 votos requeridos dice: "Las cuencas altas de los ríos y las zonas de biodiversidad endémica, serán objeto de protección especial por parte de los poderes públicos para garantizar su gestión y preservación como bienes fundamentales de la Nación. Sin perjuicio de los derechos de propiedad privada, las playas y costas nacionales, ríos, lagos, lagunas, son de libre acceso al público, en las condiciones y formas que determine la ley".
Cincuenta y cuatro asambleístas, 30 del PLD; 15, PRD; 7 PRSC; y 2 de la Fuerza Nacional Progresista, votaron en contra de que se incluya el término "sin perjuicio de los derechos de la propiedad privada".
Se viraron
Debido al lio que se armó, la sesión fue pospuesta para el día siguiente cuando el PLD "le dio una vuelta al artículo y lo presentó de otro forma pero preservando la esencia original, que es reconocer el supuesto derecho que tiene los hoteles de cerrar las playas.
Pero lo más resaltante fue, ya que los líderes "les habían bajado líneas a sus asambleístas" y la mayoría de ellos que en día anterior pronunciaron encendidos discursos "en contra de privatizar las playas, al día siguiente encontraron una justificación para cambiar de opinión
Sin entrar en comentarios Tita Criolla ofrece la lista del asambleísta que primero dijeron no y después votaron sí. Esta no incluye a otros que votaron no y pero la segunda vez se ausentaron "para no tener que tomar esa difícil situación". Ustedes juzguen a su criterio:
Dionis Sánchez, Manuel Díaz, José Fabián Beltre, Abraham Martínez, Ramón Núñez, Afif Rizek Camilo, Euclides Sánchez, Nancy Santos, Radhames Vásquez Euclides Batista, Luis José González Sánchez, Remberto Cruz, Roberto Feliz, Rosario Martínez, Carmen Mirelys Uceta, Félix Vásquez, Ángel Acosta, Pedro Aguirre, Rafael Librado Castillo, Néstor Julio Cruz Pichardo, Lucila de León, Altagracia Herrera, David Herrera, Fidelia Pérez, Santo Ramírez y el senador Mario Torres.

Tomado de tintacriolla.com


martes, 6 de octubre de 2009

Esa no es mi constitución


A continuación las próximas actividades para que todo el mundo participe en el proceso de deslegitimación y repudio de la nueva constitución.
La consigna: ESA NO ES MI CONSTITUCIÓN

1. Muralización de la ciudad: se invita al pueblo a llenar las paredes de mensajes. Este proceso inició este fin de semana y continúa.
2. Recolección de un millón de firmas. Anexo la hoja.
3. Este viernes, a las 4 de la tarde, "de playa pal congreso", en protesta simbólica por el intento de limitar el libre acceso a las costas.
4. Este domingo, a las 9 de la mañana, reunión abierta al publico en la UASD para debatir otras acciones y unificar posturas.
5. El miércoles 14 habrá un encuentro cultural contra el retroceso organizado por Participación Ciudadana. Luego llegarán más detalles.
6. El viernes 16 habrá un encendido general de velas en repudio al retroceso.

Hagan llegar estas informaciones a todo el que esté interesado en expresar su posición, para que pueda participar.
Busquen el grupo en Facebook: No al cambio de Constitución en RD

viernes, 2 de octubre de 2009

CONSTITUCIÓN BASURA

La constitución que prepara el Congreso Nacional de República Dominicana es una basura, un listado de normas conservadoras aprobadas por legisladores ilegítimos, traidores de la población que los eligió. Sólo representan sus intereses económicos y los del partido que los colocó por encima de sus iguales. Todas las normas derivadas de ese mamotreto serán ilegítimas.
NO A LA CONSTITUCIÓN
COÑO!!

lunes, 28 de septiembre de 2009

Honduras

El pueblo de Honduras ha demostrado durante tres meses consecutivos que no está dispuesto a dejarse oprimir por más tiempo. Los golpistas tendrán que entregar el poder y sentirán todo el peso de la justicia sobre sus cabezas. A pesar de la indiferencia de la ONU y la OEA y de la complicidad de Estados Unidos, el pueblo buscará, construirá su propio camino. Honduras jamás será la misma. Paquito la felicita y la acompaña. Viva el pueblo hondureño!!!

martes, 22 de septiembre de 2009

Tensión en embajada de Brasil en Honduras


Las tropas golpistas de Honduras rodean la embajada de Brasil. El Frente de Resistencia reporta cientos de heridos y varios muertos. El pueblo todavía está en la calle. La Unión Europea, el Alba y Estados Unidos solicitaron el final de conflicto. Roberto Micheletti y todo el Gobierno de facto se niegan al diálogo.
Apoyo a Manuel Zelaya y al pueblo oprimido de Honduras.

Restitución!

lunes, 21 de septiembre de 2009

Quisiera ser un ave


Quisiera ser un ave, como tú, muchacha, y volar sin mesuras por encima del suelo. Quisiera tener plumas que me permitan acariciar los hilos del viento mientras me dejo llevar a cualquier sitio.
A veces me sientes planeando contigo, bebiendo nubes, mordiendo estrellas o mirando a los lejos. Pero no pertenezco a la familia avícola, querida. Nunca podré como tú vivir el cielo ni bajar a tierra solamente a buscar los frutos del árbol o el nido.
Cuando recorro las alturas con el pecho lleno de espacio y horizonte siento miedo. Me intranquiliza el recuerdo de mis iguales. Sí, la imagen de esos que ves muy pequeños. No saben volar. Ni siquiera han visto las reales alturas del hombre. Fueron obligados a caminar lentamente entre lodazales de injusticia y mezquindad.
Trato de acompañarlos un par de ocasiones por semana. A veces despego de repente y hago un paquete de piruetas frente a sus ojos sorprendidos, no con la intención de causarles envidia, sino para motivarlos a incursionar en las vías del aire.
“Anímense, chulos. Si alzan vuelo podrán disfrutar junto a sus familias de las glorias del desarrollo, de las tres comidas, del médico a tiempo, del sexo sin hinchazón, del Dios que les de la gana y de tantas otras comodidades permitidas sólo a emplumados”, les voceo desde las alturas para animarlos. Pero pocas veces responden porque el ruido del televisor, la campaña política o el Loto comienza a presentarles distracciones.
A pesar de esa barrera los prefiero, porque fui como ellos. Son mi pasado, mi presente y, si consigo ayudarlos a levantar vuelo, iremos juntos a navegar en los aires del futuro.
Tú en cambio eres una hermosa golondrina. Dominas tan bien las alturas que pareces nacida de una nube. Puedes buscarte un verdadero acompañante emplumado, uno que no detenga las acrobacias para sentarse a observar la dinámica del suelo. Álzate y se coherente con tu instinto de pasajera del mundo. Mientras, yo me quedo volando aquí, aterrizando allá y caminando por acullá.
Cuando quieras nos revolcamos en aquel nidito que te gusta mucho. Como siempre, tú me clavas tus garras y yo te ensucio el sudado plumaje con la tierra de mis manos, pero teniendo en cuenta que nuestras cartas de navegación jamás serán las mismas, porque no soy un ave, muchacha, aunque a veces me veas volando.

Paquito informa: Manuel Zelaya está en Tegucigalpa

El presidente Manuel Zelaya regresó a la capital de Honduras y en estos momentos se encuentra en la embajada de Brasil. La Organización de Estados Américanos (OEA) llamó a una Asamblea Extraordinaria, mientras miles de hondureños van al encuentro de elegido. La sorpresa se da en la víspera de la 64 Asamblea de las Naciones Unidas.
Puede enterarse en directo a través de la televisora de la región Telesur.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Señor, manda tus rayos

Querido papá Dios:

Papá Dios, estoy muy guapo contigo, porque leí en el periódico de hoy que un rayo le cayó encima al señor Clemente Suero, un campesino de Villa Altagracia. ¡El pobre! Imagino que no pudo despedirse de su familia antes de subir a donde San Pedro.
Con todo el respeto que te mereces, debo decirte que me parece un grave descuido. Hace meses estás mandando las descargas eléctricas de las nubes a lugares equivocados.
¿Por qué en vez de dejarlas caer sobre mansos y nobles agricultores no las mandas al Congreso Nacional?
Bien sabes que muchos de nuestros congresistas necesitan uno de tus ejemplos celestiales. De seguro te enteraste de la última bellaquería cometida por esos engendros de la indecencia y la vileza. ¡Esos barbarazos se ofendieron porque una periodista públicó las nóminas en las que mantenían a gran parte de los miembros de sus árboles genealógicos (padres, hermano, tíos, sobrinos..)!
Uno de ellos se atrevió a decir –con toda la cachaza del mundo- que los malos de la película son los comunicadores, por estar metiendo las narices y las cámaras de televisión en las cuentas públicas. ¿Oíste a ese turpén? ¿Dónde estaban los relámpagos entonces?
Me parece que tienes serios problemas de percepción. No estas distribuyendo con justicia los rayos, y mucho menos los meteoritos. Mientras Clemente, de 63 años, queda fulminado en menos de un segundo, todos nuestros “ilustres representantes” andan pavoneándose por caros hoteles y restaurantes, pagando las cuentas con los chelitos correspondientes a servicios comunitarios. Y no les mandas ni un mosquito del dengue. ¡Eso ta’ fuerte, muy fuerte!
Si tu quieres solamente dales un susto. Has que las descargas les caigan al ladito, para ver si piensan un momento en otra cosa que no sea cogerse inescrupulosamente los cuartos de los más chiquitos.
Ayúdame en eso, diosito lindo. Sabes que mi fe nunca ha sido muy buena, pero estoy intentando dejar de decir malas palabras y no coger tantos piques con la campaña electoral, los policías y los tapones de la Máximo Gómez (sí, lo del Metro fue una vaina, el problema no se resolvió).
Por último, quiero pedirte que cuides a Nuria, Alicia, Huchi, Marino, Juan Bolívar y a toda la gente que se respeta en este pedacito de tierra llamado país. Sobre ellos no dejes caer ni un chin de sereno. Con sus refunfuños limpian este aire apestoso a politiquería para que los asmáticos podamos respirar.

Te quiere un paquetón,

Paquito

PD: Si al cielo llega alguien con una bandera mostrando un jacho, un gallo o una estrella amarilla, no lo dejes entrar. Es un demonio disfrazado de gente. Te lo digo por experiencia.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Chávez es la región


El presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, es un fiel representante del deseo de cambio de los pueblos de América Latina. Durante siglos los "criollos" han sido sometidos a pontencias extranjeras. Las riquezas de sus tierras y sus mares han ido a parar a otras naciones, mientras millones de sus habitantes viven en la dramátismo de la marginalidad. Al fin la región asumió la dirección de su destino, la unidad de sus naciones. Hugo Chávez reconoce el momento histórico que le ha tocado vivir, contrario a los presidentes sínicos que prefieren, por conveniencia, quedarse bajo la falda de Mister Yankee.
Adelante, Chávez. La justicia y el amor serán la Ley.

jueves, 27 de agosto de 2009

Si Dios fuera mujer


  ¿y si Dios fuera una mujer?
-Juan Gelman

¿Y si Dios fuera mujer?
pregunta Juan sin inmutarse,
vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas.

Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce,
su pubis no de piedra,
sus pechos no de mármol,
sus labios no de yeso.

Si Dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
nos contagiaría su inmortalidad.

Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles.

Ay Dios mío, Dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería,
qué venturosa, espléndida, imposible,
prodigiosa blasfemia.
Mario Benedetti

sábado, 15 de agosto de 2009

"Serios" contra la corrupción

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Una vez, la República de las Maravillas estaba atravesando la más profunda crisis de su historia. Los maravillanos se habían tirado a las calles a herirse mutuamente con piedras, palos y armas de fabricación casera, en protesta por los altos niveles de corrupción observados en la administración pública.
Miles de hombres y mujeres se congregaron frente al Palacio de Gobierno, con leños encendidos y pancartas hechas de cartulina. “¡Corruptos, malvados, mis cuartos se han robado!”, “Funcionario, ladrón, dame ese yipetón!”, “María era pobre, y el pueblo la eligió. Ahora es funcionaria y del pueblo se olvidó!”, coreaba la multitud enardecida. Otros grupos bloquearon las principales carreteras del país. Las escuelas, los destacamentos policiales y los centros de salud fueron cerrados por falta de seguridad. La República era un caos. De emergencia, los hombres más serios conformaron la Cumbre Nacional Contra la Corrupción “Cunacocco 2009”, encabezada por el único miembro del Gobierno que se conservó inmaculado entre los corruptos: El Presidente.
“Nosotros, los líderes serios de la nación, estamos obligados a castigar a los corruptos que tanto daño hacen a los bolsillos roídos del pueblo”, discurseó el mandatario para dejar iniciado el encuentro.
“Para empezar, el Gobierno debe reducir los gastos y los salari…”, decía un empresario cuando un economista del partido de oposición lo interrumpió. “Usted no es quien para decir nada en esta sala. Estamos trabajando contra la corrupción, y usted es un reconocido evasor de impuestos”, criticó el economista. Un periodista se alteró por el comentario. Se puso de pie y le reclamó: “Si por eso es, tu tampoco puedes hablar. Cuando tu partido estaba en el poder te hiciste rico en menos de un año. ¡Barbarazo!, ni los militares hacen eso”.
“Mas respeto a los militares, ¡carajo! Nuestras fincas, mansiones y vehículos de lujo son el fruto de nuestro trabajo, no del lambonismo ni de las relaciones públicas disfrazadas de periodismo”, soltó un coronel invitado a la Cumbre. El obispo pensó en manifestar su opinión, pero, al recordar el estado de su cuenta bancaria y una que otra facilidad gubernamental recibida cada mes, decidió guardar silencio.
Los gritos y los insultos seguían. Un miembro de la Suprema Corte estaba ahorcando con las manos al vendedor de plátanos que lo llamó “encubridor de lo mal hecho”. Justo entonces el viejo Paquito planteó su propuesta: ¿Por qué no sacamos al presidente con todo y gabinete?.
“¡Imposible. El presidente es tan serio como nosotros. Es un miembro distinguido de nuestro grupo!”, respondió alterado un comentarista televisivo, provocando gran silencio en la sala. “Por eso lo digo. ¿Por qué no lo sacamos?”, reiteró el viejo. 150809 Jhonatan Liriano.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Qué opinas del personaje?


Qué opinión te merece el presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández Reyna, líder máximo del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). El escenario es tuyo.

domingo, 2 de agosto de 2009

Honduras

El pueblo de Honduras resiste la opresión de los golpistas encabezados por Micheletti, y respaldados por EE.UU.

El Cínico y las maravillas


Éste que está aquí, Paquito Pérez, el hijo de doña Juana, tiente la conciencia tranquila porque sabe que no voto por él. Desde que El Cínico se sentó en la silla, en la República de las Maravillas el valor de la honestidad anda por el piso, arrastrándose junto a los nobles principios de los Padres Fundadores. Los hombres y las mujeres críticos pasaron a ser “fracasados”, “revoltosos”, “comunistas” o “inconformes”, por negarse a formar parte del circo del progreso, el avance, la marcha y todos esos sinónimos relacionados a cualquier cosa, menos a la realidad de este pedazo de isla llamado país. ¿Resentido yo? Bueno, viéndome desde tu pedazo de colcha, puedo serlo. No te voy a negar que el solo hecho de escuchar el nombre de ese farsante (y no me vengas con que esa es la naturaleza de la política) me provoca nauseas.
Te digo esto para que nunca me compares contigo ni con los de tu equipo de “trabajo”. No soy la última coca cola del desierto, pero mis opiniones no salen de una cabeza recostada sobre los suaves almohadones del erario público. Todos los hombres no son iguales. A quien defiendes, El Cínico, es el responsable directo de la nociva pasividad de nuestro barrio, de nuestra gente. Cuando hace uso de la retórica no busca más que hilvanar engaños y construir ciudades ficticias (igualitas a la de los gringos) en el imaginario de los cansados de padecer.
¿No fue él quien prometió resolver definitivamente el problema eléctrico, principal obstáculo de la producción nacional? ¿En su “Agenda del Progreso” la Educación no era la prioridad? ¿Se te olvidan las promesas de mejoría alimenticia que les lanzó a las bocas cenizas hechas caravana? Sus discursos hacían imaginar alimentos de calidad para todo el mundazo, con los cuales garantizar un desarrollo integral de las condiciones físicas y mentales de las nuevas generaciones. ¿En qué quedó aquello, hermano? Y no te me hagas el loco por beneficio, quedó en una crisis del sistema eléctrico agudizada por las denuncias de corrupción contra uno de los mega ministros del Gobierno maravillano. Quedó en apagones nunca apagados, en capitalización y descapitalización del sistema energético, en el precio de los alimentos volando por las nubes, como El Cínico que se la pasa viajando por el mundo, resolviendo crisis financieras y políticas internacionales, mientras en las continuas huelgas del interior revelan que al pueblo se lo está llevando el diablo. ¡Ése es el progreso maravillano!
Es un progreso de la corrupción y la mentira,
es el avance del conservadurismo en una región que busca y necesita el cambio, es la agresión silenciosa contra quienes contradigan al estadista londinense radicado en El Caribe. No es otra cosa, hermano.

lunes, 20 de julio de 2009

De camino al trabajo

El baño matutino termina de despertarme. Fulmina las invitaciones de la pereza, acostumbrada a venderme diez minutos más de sueño, como si diez minutos fueran suficientes para dejar en la cama un mes de cansancio. El chocolate de agua y la afeitadora hicieron magia. Me siento como nuevo. Salgo a la calle con mi bulto roído (pero chulo) y, en lo más profundo de mi corazón, donde nace la arteria aorta, auguro uno de los mejores días del año. Pero el optimismo me dura poco. Ahí llega la guagua.
La abordaré para recorrer ocho kilómetros en hora y media. Por supuesto, si la suerte me acompaña, y no nos encontramos con uno de esos tapones estúpidos de nuestro maravilloso tránsito. El asiento que me toca está en “la cocina”, en medio de dos señoras llenitas (no digo gordas porque las mujeres se sienten muy mal cuando las llaman así). ¡Y yo que planché esta camisa con tanto esmero! Otra vez me tocará llegar macao al trabajo. No sé porque estos desgraciados se empeñan en meter cinco pasajeros en asientos fabricados para cuatro (entiendo, es por ganar más dinero, pero tengo que desahogarme).
Intento leer para aprovechar el tiempo en esta sucursal del purgatorio. Cuando comienzo a concentrarme inicia el concierto. El chofer, tan ensimismado como el Presidente de la República, cree que anda solo. Y enciende la radio a todo lo que da, con uno de los reguetones más populares de los últimos tiempos, aquál que dice “Pepe, Pepe, por ahí viene pepe”, y nada más.
“Hermano, bájelo un poco, por favor”, le solicito con la poca esperanza recomendada por la experiencia. “No te oigo. Habla más duro, como un hombre”, me grita, provocando que algunos pasajeros me lancen una mirada de paneo, como si buscaran comprobar la maliciosa insinuación. Por suerte, hoy no me puse mi camisa rosada (no temo a los comentarios de ese tipo, pero las discusiones en las guaguas se convierten en un verdadero bochinche, y éste, a su vez, puede traducirse en violencia).
Lo único que quiero es llegar al trabajo, vivo, peinado y sin aruñones. Voy tarde, según el reloj. “Chofer acelera”. “Si vas a seguir jodiendo mejor te me apeas. Yo salí de mi casa a buscar dinero, así que se me aguantan”, sentenció en voz alta, para que lo escucharan los otros cuarenta y tantos pasajeros. No le hago caso y evito problemas.
Esta gente no va lejos para darle un batazo a uno por cualquier “quítamelapaja”. Mejor contemplo aquella muchacha. No se ve mal. Me parece haberla visto en los pasillos de la empresa en la que trabajo. Procuraré sentarme a su lado la próxima vez. Nadie sabe si esa es la futura madre de mis hijos. ¡Echa, mañana pensaré en ella cuando suba a la guagua! “Se acabaron los chelitos. Se me apean”, anuncia el cobrador de la voladora. Al fin llegué a la parada. Ahora debo tomar un carro público, que es otra vaina.

jueves, 9 de julio de 2009

Mi amigo El chulo

Alto, de cachetes rosados y bonachón, así era Paquito cuando lo conocí. Podría decirse que tenía todos los atributos de la elegancia, pero no la elegancia. Debajo de las cejas tupidas y cruzadas, sus ojos inquisidores se dedicaban a descubrir el mundo de sus contemporáneos, distinto al de los libros y al de los sermones de su santa madre, Juana. Las piernas les habían crecido más de lo normal, por eso no podía correr a la hora del recreo, porque le daba la calambrina.
Nosotros (Holman, Edgar, Marquito y yo) lo admitimos en el coro por ser un tipo inocente, y de mucha inteligencia (lo bauticé La Memoria Andante), aunque su falta de sentido común disgustaba a los demás muchachos. “Anoche fueron dos consecutivas. Y no empecé la otra porque mi hermano quería entrar al baño”, podía decir con voz estridente sin inmutarse, haciendo que todo el colegio se enterara de los lujuriosos temas tratados en nuestro grupo (la vergu¨enza se multiplicaba ya que todos éramos activos integrantes de la Pastoral Juvenil). Deseoso de probar las mieles vertidas en las películas para adultos, comenzó a estudiar, conjuntamente con la Biblia, el latín y los evangelios apócrifos, las “Reglas de oro del Casanova”. Recuerdo que para aquella época no cazó nada, pero nunca se dio por vencido. “Después de misa le pedí un beso a fulana”, llegó a decir. “Felicidades, verdugo. ¿Besa bueno la muchachona?”, le pregunté sorprendido. “Eso no lo sé, pero creo que tiene tres callos en la mano derecha”, lamentaba el pobrecito mientras se frotaba el cachete enrojecido. A mí sólo me salía por consuelo un “no te preocupes, hermano. En este barrio hay mujeres por pipá”.
“Eso no me preocupa. Según dice un libro que me estoy leyendo, es en esas experiencias donde se aprende el arte de amar. Además, la galleta no me dolió tanto como la profundidad de sus ojos. ¡Cónchole, si ella supiera cuánto me duelen sus ojos negros!”, dijo Paquito cuando aún no tenía bigote. Ahora que sí lo tiene, es un tipo distinto. En su dinámica agenda de estudiante de medicina consiguió incluir a ciertas compañeras como asignaturas obligatorias. Las veces que lo veo me informa sobre su más reciente conquista. Se ha vuelto erudito en cámpus universitario. Sabe en qué rincones pueden ejecutarse las artes amatorias y cuáles horarios son los recomendados para esos asuntos. La carrera tras las faldas le permitió desarrollar el sentido común que le faltaba. Si catalogáramos sus levantes, tendríamos una interesante catálogo de Beldades Maravillanas.
Según lo que me cuenta, y es un tipo sincerísimo, sus manos de pariguayo han recorrido los caminos de morenas, mulatas, blanquitas y jojotas, sin más compromiso que la compañía. Es por eso que le digo “El chulo”. Eso sí, después de aconsejarle prudencia, porque las almas nobles como la suya, por el bien de muchos, deben cuidarse de no naufragar en las dulces aguas del placer.

lunes, 29 de junio de 2009

Manuel Zelaya, presidente constitucional de Honduras


Manuel Zelaya es el presidente legítimo de Honduras. Con el Golpe de Estado, la oligarquía hondureña mostró el tamaño de su mezquindad. No toleró que el gobierno de la República se inclinara hacia los pobres y enfrentara décadas de explotación y desigualdad en el país. NO AL GOLPE DE ESTADO MILITAR. AMERICA LATINA NO ES LA MISMA. Los caminos llevan a la confederación. El tiempo es para redescubrirnos y crecer. Arriba El Mel, el presidente socialista del pueblo de Honduras.

domingo, 21 de junio de 2009

En los oscuros caminos nos encontramos


A Hecmilio Galván y La Multitud
El mundo siempre ha sido así y nadie podrá cambiarlo. Nuestro deber cosiste en conocerlo para dominarlo, piensan ellos. A las casas del barrio les caería bien una manita de pintura, y la distancia que separa a los muchachos que rondan ociosos por aquella esquina de las jóvenes caucásicas de la universidad privada se rompería con dos o tres justas decisiones gubernamentales, cívicas o insurrectas, pensamos nosotros, previendo un fiesta de besos multicolores en todas las calles de la ciudad. Juran y requetejuran que la educación comprada con el productivo sudor de nuestros hermanos les permitirá perpetuar la desigualdad y el olvido en esta República de las Maravillas.
Nosotros nos alimentamos con hermosas mañanas, historias, ciencia, abrazos y canciones para conseguir la integridad con la que levantaremos las honestas banderas del cambio. Mientras ellos apuestan a nuestra división, diciendo que el resentimiento y las ideas anticuadas nos mantienen dispersos y desorientados, nosotros nos encontramos en los senderos de la solidaridad. Afilamos los cuchillos de nuestra voz y cargamos los fusiles de nuestro pensamiento con los proyectiles de la esperanza. Esta batalla por la permanencia del bosque y la extinción la delincuencia de Estado nos lleva a la convergencia, desde donde impondremos las pequeñas cosas que engrandecen a los pueblos.
Ellos dicen que somos irreverentes porque todavía no probamos las mieles de la corrupción estatal. Creen que todos los hombres y las mujeres son iguales, que la única diferencia la hace un rollo de billetes. ¡Los pobres! No conocen la alegría de la entrega desinteresada, ni han descubierto la divinidad de la justicia social. Son los peores enemigos de la fe que predican. Si no fuera porque sus contradicciones existenciales asesinan a nuestros hermanos y al paisaje que los acoge, molestando de paso nuestras ansias de armonía, los dejaríamos consumirse en sus penosas decisiones. Pero no nos temblará el pulso cuando llegue el momento de arrancarle el corazón a los oscuros caminos de su queridísima gobernabilidad. Para eso vivimos y nos encontramos, para la ruptura.
Nuestra marcha tomó fuerza en el Parque Nacional Los Haitises, recorrerá todos los caminos de esta media isla, hasta llegar a la cabeza del sistema, la cual cercenaremos convertidos en Multitud, hechos Revuelta, armados de Justicia y sedientos de productiva confrontación. No podrán detenernos porque conocemos nuestro pasado, no aceptamos nuestro presente y, hechos pueblo, nos apoderaremos del futuro.

viernes, 5 de junio de 2009

El valor de las algas


Te contaré un cuento, Paquito, para que lo cuentes a tus amigos de la escuela, tengan o no tengan tus mismas inquietudes. Una vez, un grupo de empresarios quiso instalar en el Municipio de las Maravillas una fábrica novedosísima y productivísima. “Chulísima”, decían algunos. Para ello mandaron a hacer costosos estudios sociológicos y geológicos, con los expertos más caros del mercado. El resultado: “Ésta es una comunidad de muertos de hambre. Nadie se opondrá al proyecto porque generará empleos y traerá desarrollo. Además, no pueden enfrentarse a lo que no conocen. ¡Los pobres!, son tan ignorantes que cambiarían oro por espejos”. Una vez analizada la situación, los inversionistas sobornaron a los funcionarios estatales para conseguir los terrenos, y se hicieron de unos cuantos medios de comunicación con el fin de promover “la obra del progreso”. “Levantaremos una industria de cepillos de peluquines para políticos calvos. Tontamente inofensiva. Les daremos empleo a cambio de una materia prima que ustedes tienen de sobra”, prometieron a la gente. “¿Cuál materia prima?”, respondió el pueblo, deseoso de comenzar la faena. “¿Adió, las algas que están en el fondo del Lago Maravillano?”. “Las algas del Lago... Trato hecho”, dijo la gente. Y la fábrica fue instalada. Inmediatamente el municipio comenzó a exportar cepillos para políticos calvos de todo el mundo. Los trabajadores no daban abasto a la demanda. La economía se dinamizó, porque los asalariados aumentaron su capacidad de consumo. Los ingresos fiscales se dispararon. El municipio de las Maravillas parecía encaminado por los senderos de las grandes ciudades, hasta que una mañana, después de misa, se presentó la tragedia. “Coman huevo frito porque se acabó el pescado”, voceó un pescador a los munícipes molestos. “Imposible. Este pueblo nunca se ha quedado sin pescado. Es nuestro principal alimento. Queremos pescado, coño”, pronunció un maestro de escuela. La rebelión estaba a punto de producirse pero el pescador se encaramó en una mesa y dijo: “Los pescados que ustedes comen, comen pescados más pequeños. Y esos pescaditos se alimentan de las algas ahora empleadas en peines de políticos calvos. Es decir, no hay pescado porque no hay algas”. “Ehh.. entonces véndanos patos”, lanzó un periodista. “El único pato de este pueblo es usted. Recuerde que esos pájaros comen pescado y si no hay pescado…”, contestó el pescador. “Bueno, bueno, nos conformaremos con víveres”, pronunció con voz queda el maestro. “Las cosechas se perdieron, porque entre las algas vivían bichos y los bichos eran el alimento de los renacuajos, que no consiguieron convertirse en ranas, animales que protegen a los víveres de las plagas de insectos. En pocas palabras, estamos jodidos por cambiar nuestras algas por empleo”, lamentó el pescador que no debes olvidar, querido Paquito. Sábado 06 de mayo.

viernes, 29 de mayo de 2009

De verde por Los Haitises



De verde.
Paquito, nos vestimos de verde para protestar por la instalación de una cementera en el Parque Nacional Los Haitises, la cual amenaza no sólo a los campesinos de la comunidad de Gonzalo, sino también a la biodiversidad de esta República de las Maravillas. Ante la complicidad de nuestras descaradas autoridades y el empresariado, lo único que podemos hacer es levantar la voz, y las letras y las manos, y todo nuestro ser para protestar por el crimen ecológico que atenta contra nuestra agua, nuestros árboles, nuestro aire, nuestra alimentación, nuestra salud, nuestras riquezas...

sábado, 23 de mayo de 2009

Grano de habichuela, Cocco y Benedetti


¿Has visto cómo el grano de habichuela seco, aparentemente muerto, sale del fondo de la tierra, buscando el sol, hecho planta, hecho futuro? Así mismito se levantarán los grandes hombres que esta semana aparentemente nos dejaron.
La voz de Mario Benedetti seguirá alzándose
en nuestra América Latina, combatiendo malvados y enfrentando injusticias. Quienes intenten evitar la inminente unión de nuestros pueblos chocarán con millones de hombres y mujeres prestos a sentenciar, como él, que “el Sur también existe”. El poeta se quedará. Y del afán cotidiano sus versos sacarán a la prole de la esperanza, a los hijos de la utopía. En esta marcha contra la dictadura de la cuenta en Suiza y en el pueblo el hambre, el nombre de Benedetti se levanta como ese grano de habichuela olvidado en la anchura del patio de la casa.
Reverdece. ¿Miguel Cocco? Cocco sigue siendo el principio incorruptible, el dolor de cabeza de los simuladores. Es la única luciérnaga volando en el sistema. Cuando la sombra de su apellido recorre los caminos del palacio de gobierno, hasta el presidente inclina la cabeza para reconocer que no todos los hombres pueden comprarse.
En el vano intento de sepultarlo, los políticos maravillanos sentirán vergu¨enza, por levantar un cuerpo tan limpio y coherente con tan cínicas y sucias manos. Muchos, al verlo nadar en un mar de afectos, qué digo afectos, amor y respeto, casi entenderán el valor de la verdad y de la palabra hombre. Y como niños perdidos llorarán. Mientras tanto, nosotros, Paquito, cumpliremos el deber de celebrarlo, de reconocerlo como uno de esos ejemplos responsables de dar sentido a esta época de convulsa pasividad.
Sus huellas y las de Benedetti nos servirán de referente al momento de construir los nuevos caminos, que son los caminos de la justicia y la armonía. Motivados por ellos nos declaramos contrarios a nuestra tiempo, para ser fieles a los principios e indicadores de desarrollo establecidos por la ciencia y el amor. Así que despabílate, hermano Paquito, que los hombres del pueblo en el pueblo se quedan. Deja llorar a los traidores, mientras nosotros, como el poeta, todavía cantamos, y “cantamos porque el río está sonando/ y cuando suena el río suena el río/ cantamos porque el cruel no tiene nombre/ y en cambio tiene nombre su destino/ cantamos porque el niño y porque todo/ y porque algún futuro y porque el pueblo/ cantamos porque los sobrevivientes/ y nuestros muertos quieren que cantemos/ cantamos porque el grito no es bastante/ y no es bastante el llano ni la bronca/ cantamos porque creemos en la gente/ y porque venceremos la derrota”.

sábado, 25 de abril de 2009

El pacto


Dejaré de quererte si te olvidas del pueblo, si tus ojos se pierden entre cosas y olvido. Maldeciré tu nombre si lo inscribes en la lista de los traidores. No permitas jamás que tus manos se cierren para apropiarse de la tierra, o del aire, o del mar, o del cielo, porque entonces te vería como al mayor de los criminales.
Tus ideas, Paquito, no pueden tejer cadenas que aten el sudor de la gente. Si un día te sorprendo andando los caminos de la avaricia y el individualismo, permitiré, desde la tranquilidad de mi conciencia, que te consumas en la miseria de la consiguiente soledad. Entonces te señalaré ante mis hijos como el vivo ejemplo de la perdición humana.
La misma actitud has de tener conmigo, porque el pacto que ahora firmamos, querido Paco, está por encima de nuestra amistad. El propósito que abrazamos se sobrepone a cualquier deseo particular. Para imponer en el barrio y en toda la República de las Maravillas la barriga contenta, la palabra certera, y la ciencia, y el amor, es imprescindible la coherencia.
No podemos permitir que los traidores que alimentan sus bolsillos alabando al pueblo y sirviendo a los acomodados se mezclen con nosotros. Ellos son responsables de esta pasividad suicida. En la “gobernabilidad” que predican se sustenta el sistema que mantiene a tu madre y a mis hermanos dormidos sobre sueños incumplidos. Miles de maravillanos esperan comerse en el cielo los platos de arroz que ven pasar de largo cada semana, mientras los ilustres “líderes” de la República proponen fórmulas para resolver los problemas intercontinentales.
Es hora del cambio.
Y tenemos que provocarlo.
Tomemos por armas las grandes ideas, los principios universales que enfrentan a la desigualdad y condenan a los líderes “democráticos” que utilizan el poder emanado del pueblo para promover proyectos personales.
Mandemos al paredón a las conductas que atenten contra el desarrollo integral del barrio y de la nación.
Que el pan llegue a la mesa antes que los cuadernos, que las puertas del consultorio sean abiertas antes que las del metro, y que conozcamos lo que somos antes de salir a decir en los foros internacionales lo que queremos ser. Paquito, desde hoy nuestros labios se caerán al piso si intentan detener los anatemas que obligatoriamente lanzaremos contra la desigualdad y la corrupción. No buscaremos la comodidad ni el reconocimiento antes que el imperio del amor, que es la más inquebrantable de las razones. Nunca llamaremos sacrificio al pacto que hoy rubricamos con palabra de hombre, ni a las acciones que por él habremos de ejecutar. Lo nuestro es un compromiso con la memoria de nuestros padres, con los más altos principios abrazados por la humanidad a través de la historia, y con la vida en cada una de sus manifestaciones. Este es nuestro acuerdo, Paquito, y lo cerramos con un abrazo. Venceremos. 25 de abril del 2009. Jhonatan Liriano.

sábado, 28 de marzo de 2009

El recluta que marchó en el desfile


La orden de un comandante no se cuestiona, ni siquiera se piensa. Se cumple. Por eso, cuando el capitán lo pidió, Paquito y los demás reclutas se quitaron el uniforme nuevo con el que habían marchado dos horas antes y se fueron al cuartel solamente con los pantaloncillos todavía empapados de sudor. Los “pelapapas” también tuvieron que devolver las botas que la Jefatura les había entregado en un estruendoso acto que precedió al desfile militar. Y se fueron a la cama con las tripas vacías porque el almuerzo previsto en el presupuesto de la marcha desapareció por arte de magia, y así se quedaría por los siglos de los siglos. “Buen trabajo, guardias. Hasta el Secretario de las Fuerzas Armadas nos llamó para felicitarnos por nuestra excelente participación”, arengó el oficial, mientras los reclutas se dirigían a sus habitaciones, desnudos y con la boca ceniza del hambre.
Antes de dormirse, en la soledad del cuarto común, lleno de hombres grajosos y sicotudos, Paquito pensó en su primera participación del desfile militar que conmemora la independencia de la mil veces gloriosa República de las Maravillas. No entendía a qué se refirió el Presidente cuando dijo que “los malos no pasarán”. Se perdió descifrando el discurso del Jefe de Estado Mayor, en el que decía que, a pesar de los recientes actos de corrupción cometidos por militares, los organismos armados están llenos de nobleza y vocación de servicio. “¿Será verdad que el Presidente no sabe que aquí hay más generales que escuadrones?, ¿y que la mayoría tiene fincas, vehículos de lujo y casas que no pueden justificar?”, se preguntaba. En
el caco pelao del muchacho que nació y creció en San Isidro, las inquietudes no dejaban de saltar. “Coño. Cualquiera que los oye hablando de seriedad y de honor. Si la gente supiera que los chamacos que nos dieron esta mañana para desfilar ante las cámaras de televisión se quedaron en las manos del comandante. Horita nos los vende a nosotros mismos”, continuaba el raso. Estaba tan indignado que a veces pensaba en voz alta, sin temor a que sus compañeros lo escucharan. “Tanta disciplina para nada. Aquí hay barbarazos peores que los delincuentes de la calle. ¿Tú crees que es buena cosa un tipo que se coja los cuartos que el Gobierno da para la comida de uno, o el que le cobra una tarifa a los guardias que piden un permiso? No, ombe, no. La seriedad es otra cosa”, dijo en voz alta antes de entrar a profundos senderos del sueño. 28/03/09. Por Jhonatan Liriano Lizardo. Foto de fuente externa.

sábado, 14 de marzo de 2009

Ven, que hoy es sábado


Hoy es sábado, muchacha, y la tarde está para comérsela, con todo y sol, con todo y cielo.
La brisa clara y fresca de marzo espera para llevarnos a caminar por encima de la acera del barrio, agarraditos de la mano. Saldaremos la deuda acumulada con los viejos amigos y cruzaremos la esquina que siempre es una fiesta. Los periódicos y los noticieros televisivos los dejaremos en casa, para que no intenten jodernos el único día en que somos nosotros. Date pronto, que estoy loco por beberme tu risa, que tengo unas ganas enormes de bendecir todas las cosas, incluso a los malditos partidos políticos. Debemos aprovechar que la mayoría de los funcionarios se retiran a sus fincas robadas y nos libran de la náusea que su presencia nos causa. Por ti nos detendremos a comer helado de “tresleche”, y por mí pasaremos a bebernos un jugo de limón o un vaso de habichuela con dulce en casa de doña Nerola. Con la panza llena iremos al parque, donde limitaremos el contacto a la más simple caricia porque el lugar se llena de carajitos y carajitas. Volverás a recordar el día en que nos conocimos, en un “voladora”. Yo reiteraré mi deseo de tener cuatro hijos. “Ay sí, cómo no. Si tú los pares, porque yo sólo quiero una hembra y un varón. Eso de encabezar una tribu es para las mujeres de antes, mi amorcito”, contestarás, dejando escapar aquella pícara sonrisa que siempre derrumba mis argumentos. De repente llegará la noche. El parque será tomado por los grillos. Y el viento frío nos pondrá la piel de gallina. “Hace mucho frío”, me dirás. “Antes de salir dejé encendida la luz de mi habitación. Debe estar calientita”, te contestaré. Por cuestiones culturales harás un silencio más elocuente que los discursos del presidente de la República. A la humildad de mi hogar llegaremos en sólo cinco minutos. Me tragaré las palabras y comenzaré a besarte como el loco que soy, para cambiar el calor de la bombilla por el de dos cuerpos que empiezan a desnudarse, a quitarse la amargura del lunes, la pereza del martes, las ansias del miércoles, y la desesperación que llega el jueves y el viernes se hace insoportable. En ti encontraré a un ser distinto, hambriento de caricias y besos. En mí se borrarán los cambios sociales, el teatro y las demás pendejadas que me mantuvieron despierto. Buscándonos nos perderemos. Todos los recursos que nos brinda la juventud no serán suficientes para calmar tanta sed. Nadaremos en el sudor más dulce del mundo. Y, por este sábado, ningún dichoso será más dichoso que nosotros. El domingo amaneceremos gratamente cansados y listos para enfrentarnos al lunes, al plomizo lunes que sólo sirve para desear la libertad del sábado. Por Jhonatan Liriano. Ilustración de Rafael Hutchinson.

domingo, 15 de febrero de 2009

El parque olía a cambio


Yo estuve ahí. Con estos ojos que se han de comer los gusanos, observé el gran acontecimiento. No voy a decir que los participantes formaban una multitud, pero sí eran los suficientes como para comenzar la revuelta que tanto necesita esta República de las Maravillas. Antes de la hora señalada, agentes policiales rodearon el parque que los jóvenes perfumaban de indignación y esperanza a medida que iban llegando. Vendedores ambulantes, estudiantes universitarios, parejas recién copuladas, mecánicos, chivatos, obreros, dirigentes sindicales, amas de casa, artistas y amigos de la prensa se reunieron frente a la glorieta, cada quien con su respectivo zapato en la mano. El equipo organizador ya había colocado muñecos en representación de los maravillanos que han convertido a la nación en una cueva de manilargos y simuladores. Los policías intentaron distraer a los presentes con una de sus conocidas payasadas, pero la astucia y la visión previsora de los muchachos y las muchachas no permitió el boicot. El acto continuaba. Una de las coordinadoras inició la cuenta regresiva: “Cinco, cuatro, tres, dos, uno...” Y llovieron zapatazos, sobre los muñecos, sobre la impunidad, sobre la corrupción, sobre las mentiras del Gobierno, sobre el sistema de partidos clientelista, sobre la Justicia complaciente, sobre la inercia, sobre el olvido. En cada lanzamiento los jóvenes expresaron la vergüenza que sienten por vivir en un país donde las autoridades privilegian a los delincuentes y castigan a los promotores de la esperanza. En la suela de algunos zapatos pude leer reclamos de profundos cambios sociales, otros convocaban a un río de sueños, a un caudal de esperanza, y todos exigían respeto. ¿Que se pasaron de la raya? No, ombe. Eso es lo que dicen los acomodados. Los que no padecen todos los días las consecuencias de la corrupción, los que no conocen el discurso del caldero vacío, los que defienden este apestoso estado de cosas porque llevan una vida “organizada” dentro de él. ¿Que mis palabras son feas? Feas son las de los jueces que dicen que toman decisiones importantes bajo presión, pero nunca revelan el nombre de quienes los presionan. Horrible es el caso de los senadores y diputados que no trabajan pero disfrutan de todos los privilegios que les ofrece el poder. ¿Existen declaraciones más desagradables que las ofrecidas por el máximo líder del progreso maravillano después que puso en libertad a una famosa corrupta, dizque por razones humanitarias? No lo creo. La lluvia de zapatazos que calló en el parque Enriquillo la semana pasada no constituye ningún irrespeto. Es el comienzo de una tormenta de transformaciones que nació en el corazón de la juventud comprometida con el presente y el futuro de esta media isla. Es la primera victoria de una lucha que apenas inicia. 14/02/09.

martes, 3 de febrero de 2009

En política


La tía Juanita se puso seria, apagó la hornilla de la estufa y se sentó en la silla de guano para darle el consejo. “Paquito, todos los políticos son unos delincuentes. Lo único que saben hacer es engañar al pueblo. No te acerques a esa raza de maleantes, por el amor de Dios, mi hijo”, le dijo. Pero el muchacho no le hizo caso. Al otro día se inscribió en el recién creado Partido del Progreso Maravillano (PPM), agrupación formada por superhombres capaces de bajar “una luna de Saturno para cada ciudadano de la República de las Maravillas: ¡La solución inmediata a los históricos problemas nacionales! Estaba fascinado. Tenía la esperanza de cambiar los colores de las casas de su barrio y llevar más actividad a la vieja estufa de la tía. Quería llegar al poder para acabar con las desigualdades sociales. Recolectando firmas y haciendo operativos comunitarios alcanzó en pocos meses la posición de Coordinador de la Juventud a nivel regional. Y el Secretario General de PPM en persona le entregó una distinción el día que lo nombraron Líder del Año.
Para la ocasión, pronunció un discurso que conmovió a sus compañeros y sembró inquietudes en los corazones de los que habían dejado de creer en el sistema de partido. “Tenemos la responsabilidad social de participar en la transformación de nuestra realidad. Debemos comprometernos. Recordemos las palabras del padre de la patria: la política es la más pura de todas las ciencias. Súmate, el futuro nos pertenece”, proclamó.
Se había convertido en un símbolo de honestidad y trabajo. Otras organizaciones temían a su retórica y a su capacidad de convocatoria. Su prestigio era tanto que cuando el PPM llegó al poder, el sobrino de Juanita fue nombrado Director General de Aduanas, el más joven de la historia. De inmediato, comenzó a trabajar en la reorganización de la institución. Canceló a los empleados que habían cometido irregularidades en la administración anterior y mejoró las condiciones de trabajo de los que se quedaron.
Paquito seriedad”, como le decían”, disfrutaba cumplir con su deber, hasta el día que la cara se le cayó de vergüenza. Los periódicos decían que sus compañeros de partido, los superhombres, habían utilizado el dinero del pueblo para construirse costosas villas. Los de la Cámara de Cuenta cobraron un sueldo de lujo sin haber trabajado.
Y el Presidente de la República puso en libertad a un grupo de ladrones que desfalcó al pueblo maravillano. La corrupción había permeado al PPM. Durante horas, por la mente de Paquito cruzó la idea de la unidad del partido, el consejo de Juanita y su integridad como ser humano. Terminó renunciando a su cargo y a la política. Mientras depositaba la carta de dimisión, las palabras de la tía le saltaban en la mente: “todos los políticos son unos delincuentes, mi hijo”.

Consejo para un muchacho


Esa cara de perro amarrao la deja pa’ mi velorio, mi hijo, que por ahí viene. El sábado está muy bonito para que vengas a dañarlo con tus refunfuños y tu aburrimiento. Se supone que los jóvenes se caracterizan por ser alegres, dinámicos y llenos de energía, pero tú, Paquito, últimamente andas más cascarrabias que yo, que soy un viejo to’ chueco. Te he dicho como quinientas veces que no debes amargarte la vida con los actos vergonzosos que comenten los dirigentes políticos de esta República de las Maravillas. Esos sinvergüenzas serán juzgados por el dedo implacable de la historia. Y el momento para el cambio que tanto desean tú y tus amigos llegará a su tiempo. Recuerda que los fundadores de este paisito eran muchachos y muchachas como ustedes. Con obritas de teatro y actividades culturales, los héroes nacionales se metieron al gobierno invasor en un bolsillo. Canalizaron las emociones y las fuerzas juveniles de las que gozaban a través de una estrategia bien elaborada que permitió que, una memorable noche de febrero, esta isla se dividiera en dos, para bien de nosotros. Bueno, sabes más que yo de ese tema, fuiste el que me contó la historia completa de Juan Pablo Duarte un día que volviste del liceo vuelto loco, entonando himnos y deseoso de cambiar la nación, y el continente, y el mundo, y todo el sistema solar. “Por desesperada que sea la causa de mi Patria, siempre será la causa del honor, y siempre estaré dispuesto a honrar su enseña con mi sangre”, declamaste cuando entraste por el patio con un bigote postizo en tu rostro, pintado con pasta de limpiar zapatos. ¡Ay!, casi me hago pipi de la risa con aquella imagen, aunque confieso que me contagiaste de la esperanza que te brotaba a cántaro por los ojos. Esa esperanza es la que no debes dejar morir. Los jóvenes no pueden permitirse el desaliento y el cansancio. Están llamados a propiciar los cambios sociales y políticos que la República de las Maravillas necesita y merece. ¿Qué oportunidades ni oportunidades? Tú crees que quines se enriquecen explotando al pueblo o los que aprovechan su estadía en el Estado para amasar fortuna dan oportunidades? No, mi hijo. No supliquen por espacios, fabríquenlos. Como ya el uso del trabuco pasó de moda, usen la palabra. Ármense con la honradez y los sueños que los charlatanes dejaron tirados en el olvido. Cuando comiencen a movilizarse, los acomodados intentarán silenciar sus pasos y amedrentarlos, pero una balsa de gente seria e indignada levantará su voz para acompañarlos. Hasta nosotros, los viejos que estamos “jartos” de ver cómo un grupo de traidores saquean y maltratan nuestra tierra, caminaremos a su lado. Levanta la mirada, Paquito, y llama a tus amigos. Este hermoso sábado está perfecto para comenzar a llenar a nuestra Patria de verdaderas maravillas.
Por Jhonatan Liriano.

sábado, 24 de enero de 2009

Tropezó un policia



Tropezó un policía. Y el tropiezo fue con una bala. Y la bala le borró todos los sueños, incluyendo el de juntarse con los viejos amigos a comer domplines con salami guisado, y a repetir cien veces el cuento de los primeros amores. Mientras caía, se le esfumaba el deseo de comprarle una lavadora a su madre a fin de mes. Pensó que no podría cumplir la promesa de llevar a su hijo a montarse en los columpios de la heladería, este sábado por la tarde. Intentó recordar el Padre Nuestro antes de llegar al pavimento y a la inconciencia. En segundos, su cuerpo quedó empapado de sangre de veintitrés años. Se revolcaba tratando de aferrarse a la juventud, a las metas incumplidas, a la vida. “Paquito, no me dejes sola, mi hijo. Despierta, que te voy a preparar un mangú como a ti te gusta, con mucha mantequilla. Quítate ese uniforme sucio, pa lávatelo, Paquito”, comenzó a decir doña María cuando la llevaron a comprobar que el cadáver tendido a pocas esquinas del rancho era el de su hijo. Del delirio, la doña pasó al desmayo, al ver que el “chiquito” no respondía a sus caricias. La noticia se propagó rapidísimo. Antes de que llegara el médico legista, el barrio entero había explicado la causa de la muerte. “Eso fue por ta¥ dándosela en serio”. “Con los delincuentes no se puede ser blandito”. “Al policía que no mata, lo matan”, dijeron los que creían que el disparo, a dos pulgadas del corazón, era cosa de uno de los tantos malhechores que el sargento Paquito había apresado. Yo, que estaba comprando salami y harina cuando me enteré de la tragedia, tengo otras sospechas. Sé que el problema de mi amigo Paquito no era con los delincuentes comunes, sino con los del cuartel, con los que usan el uniforme para buscarse “lo suyo”, los que le revientan la cabeza a los ladrones y a los vendedores de droga que no les pagan peaje, los que andan por ahí poniendo orden, pero no ley, en las actividades ilícitas del barrio. Paquito me había hablado de ellos. Más que en las armas, se esconden bajo el manto de un oficial que tiene fincas y yipeta “por obra y gracia de sus buenos servicios a la ciudadanía”. El comandante aborrece a los agentes que no se adaptan a “la línea”, a los que “se la dan en serios”, como Paquito. Mi amigo me dijo que se había ganado la mala voluntad de sus compañeros por negarse a poner en “29” a un muchacho de 16 años, mejor dicho, por no querer matar a un menor a sangre fría. “Si quieren que me cancelen, pero yo creo que la vida de una gente es sagrada”, me dijo hace poco, como augurando la “cancelación” que le esperaba.

El regalo


Los primeros días de clases siempre resultan dolorosos para Paquito. En el aula, en recreo y a la salida de la escuela, los otros niños se la pasan hablando de los deliciosos platos que sus madres prepararon en Nochebuena, y de los juguetes del Día de Reyes. Al muchacho se le hace la boca agua cuando escucha las descripciones: “Pavo horneado”, “manzanotas”, “funda de dulcitos navideños”, “moro de guandules”, “litros de coca-cola” y “unos pasteles en hoja que estaban para chuparse los dedos”. Después, las imágenes le chocan con el recuerdo de la mesa vacía de su casa, y con la tos seca de su madre. Hunde su rostro entristecido entre cuadernos reciclados y le pide a Dios el don de la invisibilidad. En enero pasado se sintió “raro” cuando Miguelito llevó un carrito rojo, de control remoto, que causó estragos entre los estudiantes. Hasta las niñas se turnaron para tocar al “Diablo Rojo”, como bautizaron al juguete. Pero lo que más incomoda a Paquito del regreso a clases es la forma en que sus compañeros lo reciben. De manera simultánea todos lo miran de pies a cabeza, y luego sueltan una carcajada. Él sabe que se burlan de sus zapatos rotos y de su uniforme desgastado. “Paquito, toma un pan para tus zapatos, que tienen hambre”, le dijo Miguelito en una ocasión, haciéndolo pasar tremenda vergüenza. Ese mismo día, Paquito se hizo una promesa: “Podrán hablar de lo que ellos quieran, pero ya no se van a burlar de mí. Tu va’ ve’”, se dijo. El niño aprovechó las pasadas vacaciones navideñas para limpiar zapatos en el parque. El empeño que ponía a su trabajo hizo que mucha gente le diera “el doble sueldo”. La mitad del dinero conseguido se lo dio a “la vieja” para que hiciera la cena de Navidad, y con la otra parte se hizo el regalo de Reyes que siempre quiso. Compró zapatos y uniforme nuevos. El primer día de clases del 2009, se tiró de la cama más temprano que nunca y se vistió con el atuendo que le costó sudor infantil. Aunque los zapatos le quedaban bastante apretados, recorrió a pie el camino hasta la escuela. A los pocos minutos, comenzó a cojear porque el tobillo izquierdo se le había hinchado por la mala circulación. Cada paso era un doloroso esfuerzo que tendría su recompensa. “Nadie se burlará de mí ahora. Deja que me vean con esta pinta”, pensaba. Paquito ignoró el dolor que le había subido hasta la rodilla. Arrastró su calzado hasta la puerta del aula, donde sus compañeros de curso hacían los tradicionales comentarios sobre Navidad y Reyes. Levantó la cabeza, enderezó el pie izquierdo y atravesó la reunión. Los demás niños se quedaron viéndolo sin pronunciar palabra, ni carcajadas. El limpiabotas se sentó en su respectiva butaca y, en silencio, hundió su rostro entre lágrimas de alegría, primero, y de dolor, después.