martes, 3 de febrero de 2009

Consejo para un muchacho


Esa cara de perro amarrao la deja pa’ mi velorio, mi hijo, que por ahí viene. El sábado está muy bonito para que vengas a dañarlo con tus refunfuños y tu aburrimiento. Se supone que los jóvenes se caracterizan por ser alegres, dinámicos y llenos de energía, pero tú, Paquito, últimamente andas más cascarrabias que yo, que soy un viejo to’ chueco. Te he dicho como quinientas veces que no debes amargarte la vida con los actos vergonzosos que comenten los dirigentes políticos de esta República de las Maravillas. Esos sinvergüenzas serán juzgados por el dedo implacable de la historia. Y el momento para el cambio que tanto desean tú y tus amigos llegará a su tiempo. Recuerda que los fundadores de este paisito eran muchachos y muchachas como ustedes. Con obritas de teatro y actividades culturales, los héroes nacionales se metieron al gobierno invasor en un bolsillo. Canalizaron las emociones y las fuerzas juveniles de las que gozaban a través de una estrategia bien elaborada que permitió que, una memorable noche de febrero, esta isla se dividiera en dos, para bien de nosotros. Bueno, sabes más que yo de ese tema, fuiste el que me contó la historia completa de Juan Pablo Duarte un día que volviste del liceo vuelto loco, entonando himnos y deseoso de cambiar la nación, y el continente, y el mundo, y todo el sistema solar. “Por desesperada que sea la causa de mi Patria, siempre será la causa del honor, y siempre estaré dispuesto a honrar su enseña con mi sangre”, declamaste cuando entraste por el patio con un bigote postizo en tu rostro, pintado con pasta de limpiar zapatos. ¡Ay!, casi me hago pipi de la risa con aquella imagen, aunque confieso que me contagiaste de la esperanza que te brotaba a cántaro por los ojos. Esa esperanza es la que no debes dejar morir. Los jóvenes no pueden permitirse el desaliento y el cansancio. Están llamados a propiciar los cambios sociales y políticos que la República de las Maravillas necesita y merece. ¿Qué oportunidades ni oportunidades? Tú crees que quines se enriquecen explotando al pueblo o los que aprovechan su estadía en el Estado para amasar fortuna dan oportunidades? No, mi hijo. No supliquen por espacios, fabríquenlos. Como ya el uso del trabuco pasó de moda, usen la palabra. Ármense con la honradez y los sueños que los charlatanes dejaron tirados en el olvido. Cuando comiencen a movilizarse, los acomodados intentarán silenciar sus pasos y amedrentarlos, pero una balsa de gente seria e indignada levantará su voz para acompañarlos. Hasta nosotros, los viejos que estamos “jartos” de ver cómo un grupo de traidores saquean y maltratan nuestra tierra, caminaremos a su lado. Levanta la mirada, Paquito, y llama a tus amigos. Este hermoso sábado está perfecto para comenzar a llenar a nuestra Patria de verdaderas maravillas.
Por Jhonatan Liriano.

1 comentario:

JGRP dijo...

Predicción de la marcha verde, o mejor dicho creada a fuerza de aferrarse a convicciones y sueños, y hacerlos realidad.